¿Ya has oído hablar de zonas erógenas? Ya sabes, esas partes sensibles del cuerpo humano capaces de generar emoción, excitación, erección… y de mejorar el sexo. Por supuesto, todo el mundo sabe que el pene, la vulva, y el clítoris son zonas erógenas de alta reactividad en la anatomía. A veces, un simple gesto o una ligera presión son suficientes para empezar a sentir placer. Pero el sexo, tanto masculino como femenino, no es la única zona erógena. ¡Descubre las diferentes zonas erógenas para excitar hábilmente a tu pareja y llevarla hasta el séptimo cielo!  

Tócale el trasero  

Hay algo particularmente atractivo en las curvas de nuestras nalgas. Hombre, mujer o no binario, ¿quién puede resistirse a una caricia suave en las nalgas en un momento tierno o en plena pasión? Este lugar, de una dulzura incomparable, nos invita a ser más tiernos. Para hacer subir la temperatura, no hay nada mejor que una caricia cuando aún no se han quitado el bóxer y la braguita de encaje. 

Prueba sus labios

Ay, esos labios carnosos, dulces y llenos de terminaciones nerviosas. Un simple beso en el rincón de la boca y ya se te abren las puertas de un mundo erótico nuevo. Este es un lugar donde los sentidos se estimulan. Unos besos suaves antes de tocarse y ya sube un poco la temperatura. Una boca que se abre y deja pasar la lengua y el resto del mundo ya no existe. Tienes que saber que las zonas erógenas, si provocan excitación, son percibidas ante todo por el cuerpo como una delicia de satisfacción sensual. Para un orgasmo XXL, siempre es bueno tomarse el tiempo para despertar los sentidos uno a uno, hasta ponerse muy caliente.  

Acaricia su perineo

El perineo es una zona sensible que suele ser abandonada. Sin embargo, sabemos bien que la delicadeza de unas manos expertas entre el ano y el escroto puede causar orgasmos potentes. Un anillo vibrador que estimula la próstata también puede llevar a tu pareja al séptimo cielo. Para los hombres, el perineo puede convertirse en una auténtica fuente de orgasmo; desde el orgasmo prostático hasta la explosión del punto P. 

El «punto P» hace referencia a la próstata. Una glándula situada en el sistema reproductor masculino, justo debajo de la vejiga y accesible por el ano. Esta glándula es sensible a la estimulación. Muchos hombres reportan un aumento en la excitación y orgasmos más intensos cuando se estimula correctamente. 

Cabe señalar que, al igual que todas las prácticas sexuales, la estimulación de la próstata no es adecuada para todos. Es esencial tener una comunicación abierta con su pareja y proceder con cautela, especialmente utilizando un lubricante y asegurándose de que cualquier instrumento introducido está limpio.  

Toca sus pezones

Los amantes de las caricias y de los besos saben desde hace tiempo que los pezones son una zona erógena. Un pezón puede contar más de 800 terminaciones nerviosas. Por lo tanto, se puede jugar con la intensidad del momento: caricias delicadas o roces, pellizcos, juegos de lenguas sobre el pezón apuntado, uso de pinzas para pezones o juguetes sexuales. Y ya que estamos aquí también para acabar con algunas ideas preconcebidas, que sepas que algunos hombres también pueden ser muy sensibles a este tipo de estimulación.  

Quédate en su cuello

Esta fina unión entre la cabeza y la espalada puede proporcionarnos sensaciones intensas. También es una zona sensible del cuerpo que debes estimular con suavidad. Puedes rozar la nuca y las orejas paseando tus labios y multiplicando los besos en esta parte.   

Acaríciale el cráneo y el cabello  

Probablemente ya hayas visto estas herramientas de masaje para la cabeza parecidas a un erizo, muy apreciadas por todos. Sin embargo, no hay nada mejor que la suavidad de dos manos. Empieza por despellejar suavemente el cabello de tu pareja y masajea su cuero cabelludo con la suavidad de tu pulgar y la punta de tus dedos. Para intensificar la sensación, desliza ligeramente las uñas sobre el cuero cabelludo, evocando una tensión sensual. Para una mayor relajación, aplica una ligera presión sobre el cuello, donde el cabello echa raíces. Disfrutar de un masaje sensual en el cuero cabelludo, o que te acaricien el pelo, es pura delicia. El cabello, al liberar feromonas claves en momentos de intimidad, le añade un matiz sensual a la experiencia. Varía entre el delicado uso de las uñas y el suave roce de los dedos.  

Recorre el interior de sus muslos

¿Ya has pensado probar o acariciar esa piel tan fina que reacciona al menor estímulo? La piel del interior de los muslos no sólo es de una suavidad incomparable, sino que es una zona erógena por excelencia. Por lo tanto, el interior de los muslos es una zona que se tiene que cuidar, acariciar y besar. También es ideal para los juegos sexuales en pareja, usando cubitos de hielo o velas de masaje, por ejemplo. 

Conéctate emocionalmente con tu pareja

La mayor zona erógena del cuerpo humano sin duda es el cerebro. A veces casi no hay nada suficiente para que este último intérprete eróticamente una sensación: la simple vista de unos pechos en el sujetador, un buen trasero que se aleja, un perfume que nos hace recordar momentos calientes o el olor hipnotizante del pelo de tu pareja. Imagínate el ligero aliento de una respiración en el cuello, la caricia sutil de una mano rozando la tuya, el sonido delicado de un suspiro, o una voz suave que estimula al deseo sexual. Recuerda el efecto de un beso apasionado en los labios… Cualquier estimulación puede excitar las neuronas y poner el cerebro en la pista de un momento tórrido excepcional.  

Incluso antes de cualquier acercamiento físico, la vista, el oído y el olfato perciben sensaciones que el cerebro ya interpreta. Una noche erótica comienza y termina con el placer de los sentidos. Todo suele empezar con la vista. De hecho, la ropa interior sexy ya forma parte de los preliminares. Ya te planteas arrancarla de un golpe o te imaginas quitándolos con ferviente ternura, el cerebro ya se prepara para aumentar el placer. Por lo tanto, es él que se tiene que excitar en primer lugar.  

¿Cuáles son las zonas erógenas específicas de la mujer?

Después de recorrer los puntos de placer comunes a todos los géneros, veamos las zonas erógenas de las mujeres. 

(Re)descubre su clítoris

Ay, el clítoris, esta joya del placer femenino que nos gusta acariciar delicadamente. A este suave botón, al igual que su primo masculino, le encantan los preliminares suaves. Hay que acercarse a él con delicadeza. Para descubrir su secreto, es crucial entender los deseos de su pareja. Desafortunadamente, el clítoris a veces se olvida. Es un tesoro de delicias sensuales, con 8000 a 10000 receptores sensoriales, lo que lo convierte en una zona muy sensible. Estimúlalo con delicadeza, ya sea con tus dedos, tu boca o incluso un juguete travieso.    

Explora su vagina

No debe confundirse con la vulva. La vagina es un espacio íntimo y misterioso de la anatomía femenina. Muy sensible, se despierta con unas caricias y con la penetración, prometiendo placeres insospechados.  

Descubre o redescubre su punto G 

Ay, este famoso punto G. Situado en la vagina, es una zona codiciada por contribuir en orgasmos intensos y favorecer la eyaculación femenina. Los preliminares aquí, tan esenciales, son un puente hacia una intimidad profunda.  

¿Cuáles son las zonas erógenas específicas del hombre?  

Después de explorar los misterios de los puntos erógenos femeninos, volvamos a las especificidades masculinas. 

Explora su glande

El glande tiene más de 4.000 terminaciones nerviosas, lo que lo convierte en una fuente de sensaciones inagotable. Cada roce, sublimado por el uso de un lubricante, puede generar olas de placer profundo. Si aspiras a explorar los abismos del placer masculino, este es un punto de partida ineludible.  

Juega con su freno  

El freno, conectando el glande al tronco del pene, es una zona a veces desconocida. Zona erógena muy importante, sólo pide ser tocado con delicadeza para poder revelar su potencial orgásmico.  

Interésate por su prepucio 

En los hombres no circuncidados, el prepucio es una capa de piel móvil que envuelve el glande. Las terminaciones nerviosas presentes en esta zona permiten amplificar el placer cuando se estimulan.  

Acaricia sus testículos 

Los testículos tienen una sensibilidad comparable a la de la vagina. La clave para despertar su potencial erótico reside en la suavidad. Ya sea a través de una ligera caricia o una mayor atención, pueden ofrecer múltiples sensaciones. 

Juega con su próstata  

La próstata, a menudo mencionada como el «punto G del hombre«, se encuentra en la parte posterior, cerca de la base del pene y es accesible por vía anal. Estimular esta zona puede conducir a un orgasmo prostático de una profundidad y potencia insospechadas. Invita a una exploración cuidadosa, ofreciendo recompensas exquisitas para aquellos que se aventuran hasta ella.  

Zonas erógenas: ¿Son iguales los hombres y las mujeres?

No todos somos iguales ante el universo del deseo y del placer sexual. Aunque muchos consiguen alcanzar el orgasmo estimulando sus partes erógenas principales, no todos reaccionan de la misma manera a ser acariciados en las «zonas erógenas secundarias». Por ejemplo, algunas parejas evitan la estimulación anal porque no les apetece. Del mismo modo, algunas mujeres, acomplejadas por sus pechos, no encuentran placer al ser acariciadas en esta zona. Ya tienes todas las llaves para explorar tus propias zonas erógenas con tu pareja. Con su consentimiento, también os podéis animar a probar algunas nuevas. 

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